VIDA

Prepárate para partir

Imelda Robles

(02 noviembre 2014) .-00:00 hrs

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Hoy, Día de Muertos, seguramente recuerdas a un ser querido que ya falleció. Su altar luce con alimentos y artículos que prefería. Hoy su foto está ahí. ¿Y si el año próximo está la tuya en ese lugar?

Aunque suene a lugar común, la única certeza en la vida es la muerte. ¿Estás preparado emocionalmente para tu partida o la de un ser querido?

VIVE CON PLENITUD CADA MINUTO

La mayoría de las personas suele pensar a futuro: qué haré en vacaciones, qué haré cuando me case, a dónde iré el fin de semana.

Pero nada asegura que habrá un mañana.

Se debe estar listo para morir y ser consciente de que todos a tu alrededor también pueden irse en cualquier instante, expresa el tanatólogo Manuel Nava Bermea, director del Centro de Tanatología Elisabeth Kübler-Ross, en Monterrey.

La tanatología es la disciplina que estudia el proceso de vidamuerte para brindar apoyo físico, psicológico y social a un paciente con una enfermedad grave o terminal y a su familia, tarea que hace desde el 2008 el centro Kübler-Ross.

"La mejor manera de prepararnos para morir es aprendiendo a disfrutar de la vida, y aprender a disfrutar de la vida no significa llevar una vida desenfrenada o buscar la satisfacción de nuestros placeres", explica Nava Bermea.

"Disfrutar de la vida significa tomar conciencia de lo que hacemos, ser responsables de nuestros pensamientos, de nuestras palabras, de nuestras acciones y asumir las consecuencias que provocamos".

Estar consciente y preparado para la muerte no quiere decir que uno debe pensar en todo momento "me voy a morir".

"El chiste es que vivas plenamente cada minuto de vida como si fuera el último", comenta María del Pilar Maqueo Velasco, tanatóloga y directora de Enfermería del Hospital San José.

La experta recomienda evitar enojos con los seres queridos porque si hay una muerte, pueden venir el resentimiento, la culpa y el arrepentimiento.

"A veces dicen: 'pero lo acabo de ver', pues sí, pero llegando a la esquina lo asaltaron y murió. Debemos estar conscientes de que en cualquier ratito puede presentarse esa parte donde tenemos que partir".

DEJA IR A TU SER QUERIDO

Así como hay que estar conscientes de lo efímero de la vida, también hay que darles permiso a los seres queridos de irse cuando llegue el momento, enfatiza Maqueo Velasco.

La tanatóloga recuerda el caso de una madre, que por la gravedad de su estado fue inducida al coma. Pasó el tiempo y no mejoraba ni empeoraba.

Al charlar con los hijos detectó que tenían situaciones pendientes, principalmente la hija mayor.

Maqueo Velasco les expuso la idea de reconciliarse con su mamá de la forma en que ellos consideraran que le hubiera gustado.

"Cada uno entró a hablar con su mamá y la última que entró fue la hija mayor. Habló con su mamá y a los 20 minutos falleció la señora.

"Siempre les digo 'díganles lo  que les tengan que decir, aunque crean que no escuchan', porque la ciencia realmente no ha determinado qué tanto escuchan o no'".

Lo mejor, dice, es despedirse.

"Cuando vemos que alguien no se puede ir, lo mejor es que sus seres queridos se despidan y les den permiso de partir porque cuando les dicen: 'aférrate a la vida', 'no te vayas', la gente a veces prolonga mucho su sufrimiento y eso no es vida".

Alista tu interior 

La mejor preparación para la muerte incluye:

-Tener la certeza de que la muerte es lo único seguro.
-Vivir cada día como si fuera el último.
-Dejar pensamientos y actitudes egoístas.
-Ser responsable de los pensamientos, palabras y acciones.
-Asumir las consecuencias de los actos.
-Evitar problemas y pleitos con seres queridos.
-Expresar los sentimientos positivos hacia los demás.
-Reconciliarse con las personas a quienes se ha herido.
-Tener un testamento actualizado y pagar las deudas.
-Designar a una persona de confianza para que tenga acceso a los passwords de internet y redes sociales y definir lo que se quiere hacer con esa información.
-Dejar claro con la familia si se desea donar órganos o no; si se prefiere ser velado o cremado, y dónde se desea que reposen los restos.

TESTIMONIO 

'Ya no hago planes a largo plazo'

La vida de Arely Zamacona y su esposo Jesús Reyes dio un vuelco de 180 grados hace casi dos años. Desde ese momento ya no hay planes a futuro. Lo más importante para la pareja es el hoy.

El 11 de enero del 2013 cargarían en sus brazos a Frida, su primera hija. La pequeña, sin embargo, murió al nacer por una falla cardiaca.

"Fue para mí inexplicable. Yo todo ese tiempo estaba preparada mentalmente. Me eduqué para recibir a un bebé vivo y cuando me dicen eso la verdad no supe ni qué decir", recuerda Arely, de 36 años.

"Para mí en ese momento no cabía la muerte; esperaba la vida".

Pasó un mes y medio para empezar a asimilar lo sucedido. El mayor miedo era salir a la calle y tener que responder preguntas.

"Evidentemente la gente se iba a dar cuenta porque un día me vieron así", dice y traza con sus manos la panza del embarazo. "Y otro día ya no, y lo normal era que la gente me preguntara '¿y tu bebé?'.

"Yo no me quería enfrentar a eso, a que la gente me preguntara y yo tuviera que utilizar las palabras 'mi bebé murió'.

"Regresar a trabajar fue lo que me hizo darme cuenta de que había muerto mi hija. Todo el tiempo que estuve de incapacidad (funcionaba) como en automático".

Hoy Arely transmite tranquilidad. Acepta dar su testimonio para que otras personas sepan que sí se le puede encontrar un sentido a la pérdida.

A los tres meses de la muerte de su bebé comenzó terapias con una tanatóloga y asistió a un grupo con padres de familia que perdieron a sus hijos, con los que se reúne cada 15 días.

Pasaron los meses, pero no sentía mejoría. Fue hasta que asistió con la tanatóloga Vereniz Moguel, del Centro de Tanatología Elisabeth Kübler-Ross, que cambió su perspectiva.

"La vida me cambia porque yo ya no hago planes a largo plazo. Ahora es hoy, mañana y en una semana", afirma.

"Antes sí solía planear las vacaciones con medio año de anticipación, estar bien preocupada por otras cosas y ahora no, ya no lo veo así, me ha cambiado mucho la experiencia y el conocimiento que adquirí".

En la cochera de su casa hay un altar para la pequeña Frida con su foto al nacer. En la pared colocaron frases que le escribieron.

Formaron su nombre, pusieron unos zapatitos, ropa de colores pastel, un biberón con leche y pequeños accesorios.

Arely ya tiene siete meses de embarazo. Es niño y se llama Bruno. Desde que la prueba dio positiva hizo el anuncio con orgullo.

Uno debe disfrutar de las personas que lo rodean todos los días porque es lo que más enriquece al corazón, añade, y encontrar cosas que lo inspiren y hagan sentir bien. En su caso, disfruta el verde de las plantas en su casa.

"Ya soy mamá, ya se llama Bruno", detalla. "Agradezco cada día que viva en mí y sé que lo que tengo hoy es único. Tal vez no haya mañana o sea diferente".