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Economista, intendente y precandidata

Gabriela Villegas

(16 enero 2015) .-00:00 hrs

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La jornada laboral de María Silvia de Jesús Ordóñez comienza a las 8:00 horas, cuando saca sus instrumentos de trabajo: escoba, trapeador y jabones líquidos.

A las 18:00 horas sale de su trabajo como intendente y se dirige a unas oficinas en el Centro de Monterrey, donde recolecta firmas para ser candidata independiente a la Gubernatura de Nuevo León. Ella sueña con construir un gobierno sencillo y honesto.

La aspirante es egresada de la Licenciatura en Economía por la UANL y cuenta con una maestría en la misma rama en el Centro de Investigación y Docencia Económica.

"No quiero ver desigualdades. ¿Cómo es posible que haya gente que gane menos de lo que yo gano, pero por el que vas a votar gane 100 veces más?", cuestiona la economista, quien vive con un sueldo de 2 mil pesos quincenales y reside en la zona nicolaíta de Santo Domingo.

"No es posible, no es una sociedad sana, no más".

1. Autonomía

Sin usar ni una gota de maquillaje, a doña Silvia se le ilumina el rostro con sonrisas constantes.

"Nací en 1949, en la heroica Matamoros, Tamaulipas", dice con orgullo. "Voy a cumplir este año 66, número peligroso... bueno, es lo que dicen".

Al terminar la educación básica, llegó a Monterrey e ingresó a la Preparatoria No. 2. Después, ingresó a la Licenciatura en Economía, al considerarla una carrera que busca mejorar el bienestar de la población.

"Mi mamá pensaba y, bueno, era la información que había en ese momento, que era una carrera que verdaderamente iba a impulsar el desarrollo y la calidad de vida porque estaba orientada al sector público", explica, "pues, bueno, nos equivocamos".

Cuando ella era universitaria perteneció a la generación que impulsó la autonomía de la Máxima Casa de Estudios; era la década de los 70.

"En esa época viene la toma de posiciones y una de las cosas por las que se demandaba era la reforma universitaria", recuerda. "Entre ellas, lo que sí se logró fue la autonomía, pero no la reforma de extensión universitaria".

2. De Oaxaca al DF

Al concluir sus estudios viajó a Oaxaca para participar en la política de extensión del Seguro Social al campo y desempeñarse como maestra.

"Para mí, la región más atrasada en México la ubicaba en Oaxaca", opina.

"La más atrasada y con mayores posibilidades de 'algo nuevo' en México porque tenía cientos de años de que su población vivía en la sierra, conservaba sus costumbres comunitarias y tenía una estructura menos jerarquizada que la que yo conocía".

Años después, cambió las sierras oaxaqueñas por la Ciudad de México para ser funcionaria en planeación de proyectos en la Reforma Agraria.

"Porque allí (en la Reforma Agraria) estaba todo el desarrollo del ejido como una unidad económica y de desarrollo regional, así se veía... o se soñaba", explica sobre la razón por la que se fue del sureño estado.

Entrados los 80, cambió de empleo a una subdirección de planeación en la Secretaría de Hacienda, mismo periodo en el que estudió su maestría en Economía en el Centro Integral de Docencia Económica (CIDE). Poco antes del sismo de 1985, fue liquidada.

Parecían tiempos inestables para la economista, pero había alguien que por 30 años no le permitió dejarse caer: Víctor Kabanova, su esposo.

"Nos vinimos de México porque pensamos que era más tranquilo acá (Monterrey)", hace una pausa repentina y suspira.

Ya instalados aquí, Víctor se dedicó a la venta de libros y a la traducción, mientras que ella trabajó en el DIF en proyectos sociales al sur del Estado. Después, las cosas cambiaron, su compañero de vida, y con quien no tuvo hijos, murió en el 2012.

Su indignación por la labor doméstica mal pagada y la curiosidad de comprobar ciertas teorías sobre la desvalorización de este tipo de trabajo que aprendió como economista la llevaron a ser intendente en el Ayuntamiento de Escobedo.

Tras siete años con ese trabajo, donde gana 2 mil pesos quincenales, ¿no ha pensado dejarlo?

"Sí y no, (sí) porque te desespera ver una serie de injusticias, te desespera que no te alcanza, que a lo mejor podrías tener más en otro lugar".

Y no, porque con su trabajo siente en carne propia la injusticia y esto lo percibe como su "aportación" hacia una sociedad más equitativa.

3. Sus motivaciones

A finales del año pasado, doña Silvia se registró como aspirante a una candidatura independiente para Gobernadora. ¿Qué la inspiró?
"Creo que fue un poco toda la experiencia trunca, y que soy una persona de retos y los asumo", expresa con voz firme.

Ella pretende impulsar no sólo una forma de gobierno, sino un "Desarrollo Civilizatorio".

"No nada más hablar de un crecimiento económico o científico, sino que todo este desarrollo de fuerzas productivas que tenemos realmente se convirtiera en un desarrollo de la sociedad, menos desigual, más equitativo y más libre", dice.

Ahora, al terminar su jornada laboral, se dirige a una oficina en el Centro, donde supervisa las firmas y recibe a interesados en apoyarla con su registro. 

"Cuando estoy muy cansada y traigo dinero me vengo en el (camión de la ruta) 209, pero cuando estoy más recortada, entonces camino hasta el Transmetro, que son como unas 15 cuadras de donde trabajo a la estación".

Hasta el momento ha reunido 8 mil firmas (requiere legalmente 103 mil 294) y planea organizarse por distritos para reunir más.

Más allá de su proyecto político-ciudadano, doña Silvia tiene otros planes; uno es estudiar un doctorado para concluir sus teorías sobre la desvalorización del trabajo doméstico.

"Aquí estamos, a veces me desespero (con la candidatura) porque veo contradicciones muy fuertes", concluye, "pero me dicen: 'usted sígale, hasta donde tope'".