VIDA

Biotecnología

Prenden chispa por la ciencia

Luis López

(04 junio 2015) .-00:00 hrs

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Chicos de secundaria forman un círculo alrededor de una mesa. Uno de ellos sostiene un tubo de ensayo y los otros lo observan con atención.

Desde afuera, Myriam Ponce, estudiante de noveno semestre de Biotecnología, acerca una pipeta con agua oxigenada, de la que deja caer unas cuantas gotas en el recipiente.

Inmediatamente, cientos de burbujas casi se desbordan frente a las miradas de emoción.

Aunque ya conoce el resultado del experimento, la universitaria también sonríe, pues percibe el impacto de su labor.

Ponce, de 23 años, es codirectora de GeneUs, proyecto iniciado en agosto del año pasado por alumnos de Biotecnología del Tec de Monterrey para despertar en jóvenes de secundaria el interés por el conocimiento científico.

"Ahorita hay más de mil tratamientos de cáncer en periodo de prueba, también biorremediación, biocombustibles, inclusive trabajo con alimentos", explica, "hay muchas áreas donde se pueden aplicar las técnicas que aprendemos en la carrera.

"Vemos que otros países las están aprovechando mucho, que están creciendo económica y científicamente, y decimos: '¿por qué México no?'. Por eso decidimos que la educación es la base para tratar de despertar el interés por la ciencia en los jóvenes".

La iniciativa, en la que trabajan 12 coordinadores y 40 talleristas, se concentra en chavos de secundaria, pues a esa edad ya tienen una mayor comprensión de los experimentos, afirma Alejandro Flores, también codirector de GeneUs.

"Ahorita ya llevaron o están por llevar materias de química, física, biología, entonces hay conceptos que traen muy frescos y eso hay que aprovecharlo", señala.

La iniciativa, premiada este año como uno de los mejores emprendimientos sociales del Tec, recibió sesiones de capacitación para volverse empresa social, así como capital semilla de 17 mil pesos del programa Jóvenes con Valor, de Ashoka y Femsa.

El proyecto requiere un costo de 550 pesos por niño. En las escuelas privadas se cobra a los papás y en las públicas el monto lo patrocinan empresas.

CIENCIA TANGIBLE

Una botella con agua, un globo, azúcar y un sobre de levadura bastan para que jóvenes de la Secundaria 66 vean a un organismo vivo crecer rápidamente frente a ellos.

Los alumnos de esta escuela, primer plantel público al que llega el proyecto GeneUs, ponen el globo sobre la botella, llena de agua con azúcar y levadura, y observan cómo se infla gradualmente.

Uno de ellos, Alejandro Arias Mori, de 14 años, mira atentamente cada fenómeno científico que ocurre frente a sus ojos y recuerda con precisión los términos que dan los tutores.

"Siempre he sido muy curioso y me ha interesado saber cómo se comportan los organismos y descubrir cosas nuevas", explica el alumno de la Secundaria 66, quien sueña con ser biólogo.

La iniciativa, que hasta el momento ha involucrado a 150 alumnos, ha estado en el Colegio Regio Contry, el Latin American School y el Instituto Científico y Literario. También han ofrecido talleres en el Encuentro de Valores del Instituto San Roberto.

SEMBRAR LA INQUIETUD

"Cuando reacciona una sustancia química con la otra, ¿creen que lo que salga de ahí sea lo mismo o sea otra cosa?", pregunta Carolina Elizondo, tallerista de GeneUs, a los estudiantes de secundaria.

Desde atrás del aula sorprende una respuesta: "sí, pero diferente, ¿no?". Elizondo sonríe y añade: "exacto".

A la joven, de 19 años de edad, le encanta percibir la motivación de los alumnos.

"Salen hablando de biotecnología hasta por los codos, aprenden y eso me emociona mucho", comparte la joven de tercer semestre de carrera.

Concluye la sesión y los jóvenes salen animados del salón, listos para continuar su aprendizaje el día siguiente, mientras los talleristas los ven con orgullo; quizá algún día sean compañeros de laboratorio.