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Fracasa lucha contra el ozono

Ana Cristina Vargas

(06 junio 2016) .-00:00 hrs

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El programa Hoy No Circula se queda corto para combatir el ozono debido a los cambios químicos en la atmósfera, advierten investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

"En la década de 1990, la atmósfera tenía otra composición y se desconocían muchas cosas, entonces los programas como Hoy No Circula se preveían como una alternativa para reducir contaminantes y proteger a la salud", explica José Agustín García Reynoso, especialista en fisicoquímica atmosférica del CCA.

"Sin embargo, al haber cambiado la flota vehicular, las gasolinas, ha cambiado la química atmosférica de la Ciudad de México".

A través de estudios de calidad del aire y química atmosférica, los especialistas del CCA identificaron que disminuir la flota vehicular puede, incluso, provocar un incremento de hasta 6 por ciento en la concentración de ozono.

"Lo que se observó con modelación (al comparar la teoría con la práctica) es que si nosotros bajamos el 20 por ciento de los carros, se incrementa hasta un 6 por ciento el ozono", afirma García Reynoso.

El objetivo del Hoy No Circula, programa implementado desde 1989, es reducir o mantener en bajo nivel el ozono; sin embargo, los investigadores de la UNAM hallaron que puede resultar contraproducente debido a las reacciones químicas en la atmósfera.

Por ejemplo, los especialistas observaron que el 3 de mayo de este año, día que se registró contingencia, el ozono alcanzó un valor máximo de alrededor de 160 partes por billón.

El 4 de mayo, segundo día de contingencia y con menos autos en circulación, el nivel máximo de ozono alcanzó aproximadamente 180 partes por billón.

El incremento de ozono en esa ocasión fue de 12.5 por ciento debido a que en contingencia se aplica doble Hoy No Circula y se reduce la flota vehicular 40 por ciento.

Los especialistas identificaron que al bajar los autos en circulación, los precursores del ozono disminuyeron en distinta proporción.

El ozono se forma al reaccionar en la atmósfera óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV) en presencia de luz.

Sin embargo, con el Hoy No Circula disminuyen en mayor proporción los óxidos de nitrógeno y, en menor cantidad, los compuestos orgánicos volátiles.

"A la hora que no se bajan en la misma proporción, hace que la atmósfera sea más reactiva y, por lo tanto, se produzca más ozono", explica García Reynoso.

Además, subraya el químico, la atmósfera de la Ciudad ahora es más sensible a los compuestos orgánicos volátiles, cuyas fuentes emisoras no son sólo los vehículos.

Según la investigación del CCA, el efecto que se busca con el programa para disminuir este contaminante sólo se da viento abajo, en estados como Hidalgo y Puebla, pero no en la Ciudad.

Este año, a partir de abril, las autoridades capitalinas instauraron un Hoy No Circula obligatorio que saca de circulación al 20 por ciento del parque vehicular todos los días, sin importar si son poco o muy contaminantes.

Ello implica que en días de contingencia se implemente un doble Hoy No Circula. La medida tiene vigencia hasta el 30 de junio.

Si bien la variabilidad climática y el efecto de alta presión atmosférica propician la concentración de contaminantes por falta de precipitaciones y viento, el Hoy No Circula no reduce los niveles de ozono, señalan los estudios de la UNAM.

El análisis del Programa para Mejorar la Calidad del Aire de la Zona Metropolitana del Valle de México (Proaire) de 2011 a 2020 también expone el incremento de ozono por baja en la carga vehicular. En el documento se señala que, según el comportamiento de las concentraciones promedio por contaminante distribuidos por día de la semana en 2009, los sábados y domingos baja la actividad vehicular y se reducen contaminantes como monóxido de carbono y los NOx, pero el ozono registra concentraciones iguales o mayores a las del resto de la semana.

"Esto denota que no hay comunicación eficiente entre el Gobierno de la Ciudad de México y la Comisión Ambiental de la Megalópolis, porque el Gobierno de la Ciudad sabe todo esto", asegura García Reynoso.

En los últimos meses, con el Hoy No Circula obligatorio se observó la misma tendencia. Por ejemplo, el 14 de abril se activó contingencia por ozono con 194 puntos Imeca registrados en Cuajimalpa, lo cual obligó a sacar de circulación a 40 por ciento del parque vehicular; sin embargo, la muy mala calidad del aire duró cuatro días y alcanzó un máximo de 203 puntos Imeca en la misma Delegación.

Semanas después, el 2 de mayo, se activó contingencia con 161 puntos Imeca registrados en la Delegación Benito Juárez. Pese a que al día siguiente se instauró el doble Hoy No Circula, el 4 de mayo la concentración de ozono se intensificó con 192 puntos Imeca registrados en el Ajusco y, para el 5 de mayo, se desactivó con 127 Imecas.

A decir de García Reynoso, el programa sería más eficiente en reducción de ozono si se regulara solamente la circulación de los vehículos más contaminantes y, al mismo tiempo, se combatieran las otras fuentes emisoras de COV.

Restringir la circulación de los vehículos más contaminantes es la apuesta de la norma emergente de verificación vehicular anunciada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y que entrará en vigor el 1 de julio.

Sin embargo, dicha medida, aclara el investigador del CCA, podría contribuir a disminuir emisiones de óxidos de nitrógeno, pero no reduciría la emisión de compuestos orgánicos volátiles, por tanto, su implementación no garantiza una reducción en los periodos de contingencia por mala calidad del aire asociados con ozono.

De acuerdo con García Reynoso, esta característica de la atmósfera del Valle de México fue expuesta desde el mes pasado al Secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, y al Coordinador Ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), Martín Gutiérrez.

"Se les recomendó a ambos funcionarios no subestimar otras fuentes de emisión, como la industria que usa solventes o la quema de gas LP en los domicilios particulares", destacó.

Según el Inventario de Emisiones Contaminantes y de Efecto Invernadero de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), los principales emisores de COV son los autos particulares y en segundo lugar las motocicletas.

Las motos aún no forman parte del Hoy No Circula. Las autoridades recién informaron que se incorporarán al sistema hasta 2017. Mientras tanto, sólo se limita su circulación en los días de contingencia.

Lo mismo sucede con los transportes que usan gas LP y gas natural registrados ante la Came, los cuales están exentos del Hoy No Circula.

"Un vehículo de gas LP puede emitir hasta 30 veces más que un carro en proporción de hidrocarburos", precisa García Reynoso.

"Si uno compara la relación COV y NOx en los vehículos a gas LP, puede ser hasta 30 veces más grande que en los vehículos de gasolina".

Según el Inventario de Emisiones, el 17.9 por ciento del transporte en la ZMVM utiliza gas LP.

"El esfuerzo para reducir el ozono serviría si se reduce la emisión de compuestos orgánicos volátiles con vaporización en gasolineras, control de emisiones de vapores y control de la quema de gas LP, tanto en vehículos como en hogares", advierte el investigador.

"Quemar mal el gas LP contribuye mucho a que tengamos mucho ozono en la Ciudad".

Lo anterior debido a que la tercera fuente emisora de COV son los hidrocarburos no quemados en la combustión de gas LP.

Urgen a regular otros emisores

Según el Inventario de Emisiones y Proaire, los cargueros son los principales generadores de carbono negro, el cual se respira en micropartículas y es precursor de ozono.

Además, se estima que los tractocamiones con motor a diesel que transitan en el Valle de México aportan el 63 por ciento de los contaminantes del aire.

Esto debido a que en el diesel hay alta presencia de óxidos de nitrógeno y partículas, por lo que los camiones que lo emplean contaminan más que un vehículo particular, asevera Saúl Hernández Islas, jefe de la carrera de Ingeniería Ambiental del Instituto Politécnico Nacional.

"El diesel contamina hasta 4 veces más que la gasolina", afirma. Sin embargo, añade, es utilizado por la mayoría de los camiones de carga y transporte de pasajeros de la Ciudad de México.

"Sabemos que si bajamos la emisión de vehículos diesel podemos mejorar la calidad del aire", señala, por su parte, García Reynoso.

Actualmente, para los vehículos diesel se exige una opacidad de .5, en una escala que va de 0 a 1. Opacidad significa qué tanto se puede ver a través del humo que saca el vehículo. Uno corresponde a que no se ve nada y 0, a transparente.

"Quiere decir que se está pidiendo el 50 por ciento. Es una emisión muy grande. Uno puede ver una emisión importante en un vehículo diesel y significa que está dentro de la norma. En otras palabras, la norma es un poco laxa", subraya el investigador de la UNAM.

"Pero para que tengamos una norma más estricta, los que generan vehículos ensambladores exigen que haya un combustible que pueda servir para tecnologías más limpias, porque de nada sirve que traigan tecnologías que son de última generación si los combustibles que utilizan no son aptos para esos equipos y, en poco tiempo, van a dejar de funcionar".

Datos del Inventario de Emisiones señalan que el transporte es el sector que utiliza mayor cantidad de combustibles fósiles, con el 58.8 por ciento. El 39.9 por ciento usa gasolina magna, 13 por ciento usa diesel, 17.9 por ciento usa gas LP, y el resto, utiliza premium.

En total, 336 mil transportistas de carga y pasaje están registrados en la Ciudad y los municipios conurbados, mas otros 300 mil con placa federal que ingresan todos los días a la capital.

Aunque se trata del 10 por ciento del parque en circulación, el cual es de 5.5 millones en el Valle de México, son generadores mayores de contaminación.

Alfredo Sánchez, vicepresidente de Unicargas, reconoce que los vehículos automotores de carga pesada, el transporte público y la industria aportan más del 87 por ciento de la emisión de NOx y 32 por ciento de los compuestos orgánicos volátiles, ambos precursores de ozono.

En el caso de los autobuses y camiones con placa federal, éstos sólo tienen obligación de circular con un "Certificado de baja emisión de contaminantes", otorgado por Unidades de Verificación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT); sin embargo, no son sometidos a una prueba real de emisiones.

En la industria, explica García Reynoso, tampoco hay normas para limitar las emisiones de compuestos orgánicos volátiles.

"Las industrias todos los años tienen que presentar su cédula de operación anual. En ella presentan las emisiones que tienen. Desafortunadamente, las normas sólo son para partículas y gases de combustión, no hay normas para compuestos orgánicos volátiles", apunta.

Si bien es posible consultar el registro de emisiones y transferencia de contaminantes para saber qué industrias emiten más sustancias de cierto tipo, añade el especialista, no se puede saber si hay un excedente, pues tampoco está regulado.

"No hay una norma que diga cuánto se tiene que emitir de benceno. Por ejemplo, puede emitir mucho o poco pero no sabemos si ese mucho o poco, sea significativo para una buena o mala calidad del aire en la Ciudad de México", lamenta.

"No hay una referencia, tampoco hay normas para determinar esos compuestos. Por un lado es el nivel y por otro lado cómo lo vas a medir. Ninguna de estas normas se han desarrollado para México".

El investigador concluye que al País le hace falta estudiar y medir el impacto que tienen distintas sustancias y contaminantes en la calidad del aire.

"Nos falta información en ese sentido de saber bien cómo están las composiciones, cómo están las fugas, si las gasolinas son de buena o mala calidad, no sabemos qué tan reactivos son los componentes que la tienen, qué incluyen o cuál va a ser su influencia", apunta.

"México debería tener un laboratorio de emisiones, siendo uno de los principales productores del mundo de vehículos".

Cuida el gas en casa

Una ineficiente quema del gas LP, tanto en vehículos como en hogares, contribuye a la concentración de ozono en la Ciudad.

El problema en las casas, explica José Agustín García Reynoso, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera, son las fugas y que no se le da mantenimiento continuo a los calentadores de agua.

Aproximadamente, hay 1 millón 12 mil 335 calentadores en la Ciudad de México, de los cuales, 96 por ciento funciona a base de gas; 2.4 por ciento es eléctrico y 1.6 por ciento es solar.

De los que funcionan a base de gas, 75 por ciento utiliza LP y el restante, gas natural, de acuerdo con una investigación realizada por Tania Muro Espinosa y Mónica Griselda Mota Gómez, estudiantes de Ingeniería Ambiental en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (UPIBI) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Las investigadoras de la UPIBI explican que todos los calentadores tienen cierto periodo de vida, pues pierden eficiencia.

De hecho, apuntan, la NOM 003 ENER 2011 establece los niveles mínimos de eficiencia térmica que deben cumplir los calentadores de agua para uso doméstico y comercial y el método de prueba que debe aplicarse para verificarlos.

A los productores se les obliga a colocar una etiqueta en la que muestren el nivel de eficiencia energética de su producto. Sin embargo, no establece el tiempo de vida del calentador, para que el usuario sepa cuándo cambiarlo o darle mantenimiento.

"Existe una relación combustible y aire que está normada en la NOM 003 ENER 2011; sin embargo, al pasar el tiempo, la eficiencia del sistema disminuye, y si a esto le sumamos que no tiene mantenimiento, va a generar mayores emisiones", señala Mota Gómez.

¿Qué son los COV?

Los compuestos orgánicos volátiles son el precursor que determina la concentración de ozono en la atmósfera y pueden ser altamente reactivos.

+ Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son sustancias químicas que contienen carbono, hidrógeno, oxígeno, flúor, cloro, bromo, azufre y nitrógeno, y se encuentran en todos los seres vivos.

+ Son liberados por la quema de combustibles como gasolina, madera, carbón o gas natural, y por disolventes, pinturas y otros productos usados en casa.

+ Son peligrosos contaminantes del aire porque fungen como precursores de ozono y contribuyen a la formación de smog fotoquímico al reaccionar con otros contaminantes atmosféricos, como óxidos de nitrógeno y la luz solar.

+ Se evaporan rápidamente en la atmósfera y arden con facilidad al entrar en contacto con el aire.

+ Si se redujera la emisión de los COV y los óxidos de nitrógeno, se contribuiría a evitar la formación del smog.

+ Efectos sobre la salud: irritación de ojos, garganta y nariz, náuseas, dolor de cabeza, vómito con sangre, alergia, fatiga y manchas en la piel. A largo plazo pueden dañar el hígado, los riñones o el sistema nervioso central. Algunos pueden ser cancerígenos.

Ejemplos de COV:

+ Etileno
+ Butano
+ Propano
+ Xileno
+ Alcohol butílico
+ Metiletilcetona
+ Acetona
+ Etilenglicol
+ Tricloroetileno
+ Clorobenceno
+ Limoneno

Evítalos

El consumo de solventes, fuente emisora de COV, en el Valle de México es de 930 mil toneladas al año. Busca productos que contengan poco o nada de estos compuestos.

Productos de limpieza para el hogar
+ Metanol
+ Percloroetileno
+ Acetona
+ Diclorobenceno
+ Bromuro de metilo
+ Tolueno

Productos de aseo personal
+ Acetona
+ Trimetilbenceno
+ Etil-éter
+ Tolueno

En uso de recubrimientos, pintura acrílica y vinílica

+ Benceno
+ Hexano
+ Tricloroetileno
+ Isómeros de xileno
+ Benceno