Sacan Tigres 'garra' ante regios

En el primero de sus dos conciertos en Monterrey, Los Tigres del Norte rugen ante 12 mil personas en la Arena Monterrey. Crédito: Alberto Hernández

Los Tigres del Norte refrendaron ante los regios su título de "Jefe de Jefes". Crédito: Alberto Hernández

Los hermanos Hernández ofrecieron un concierto con mucha "garra" ante el público regio que les regaló un "sold out" en el primero de los dos conciertos que darán en la Arena Monterrey. Crédito: Alberto Hernández

Tras una larga espera en la que los 12 mil asistentes aguardaron la aparición de Jorge, Hernán, Eduardo y Luis Hernández y su primo Óscar Lara, su "rugido" retumbó con su corrido "Jefe de Jefes". Crédito: Alberto Hernández

El Tigre Mayor", Jorge, acordeonista del conjunto, prometió a los fans una noche de música en vivo. Crédito: Alberto Hernández

Con la gallardía de su impecable imagen y la sencillez de su personalidad, Los Tigres hicieron de La Reunión Tour una cita única y especial por la cascada de melodías que interpretaron. Crédito: Alberto Hernández

Los "Incansables" interpretaron desde sus ya clásicos y pesados corridos hasta sus temas que fueron como golpes en el corazón. Crédito: Alberto Hernández

Una producción vistosa que incluyó tres pantallas gigantes desplegadas en el escenario, así como tres niveles y un par de escalinatas, adornaron "La Reunión" felina. Crédito: Alberto Hernández

De sus 54 años de andar musical, la agrupación norteña armó un poderoso repertorio que incluyó "Mi Buena Suerte", "No Pude Enamorarme Más" y La Reina del Sur". Crédito: Alberto Hernández

Luis, el menor de los 11 hermanos Hernández, cantó "Quiero Volar Contigo". Crédito: Alberto Hernández

El zarpazo del conjunto que comenzó su historia artística en 1968 en San José, California, puso a todos a bailar y cantar, pero también a lanzar gritos de emoción. Crédito: Alberto Hernández

Los Tigres provocaron un vaivén de emociones porque sus letras cuentan historias de capos, del indocumentado, del niño que ve casar a su padre con otra y también la de la mujer desdichada. Crédito: Alberto Hernández