Los bailarines del Ballet de Monterrey realizan sus ejercicios diarios separados en dos salones para evitar aglomeraciones y guardar sana distancia. Crédito: Velia de la Cruz
Para el Ballet de Monterrey, el 2020 es un año de resistencia y reinvención.
"Se había que hacer un recorte de bailarines y quedarnos con 18 para que dieran los números y podernos mantener con la compañía activa hasta que pudiéramos regresar a los teatros".