NACIONAL

reportaje

Colina del Perro: abuso perpetuo

Samuel Adam

(03 mayo 2015) .-00:00 hrs

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La aparición de cuatro mansiones en la punta de un cerro, entre árboles y barrancas del todavía rural fraccionamiento Bosques de las Lomas, fue el mayor escándalo en el sexenio de José López Portillo, y quizás el símbolo de la corrupción imperante en el antiguo régimen.

Hoy, con el PRI de regreso en el poder y a la luz de las revelaciones en torno a propiedades del primer círculo presidencial, la Colina del Perro ha sido usada como referente para comparar la "Casa Blanca" de Angélica Rivera en Las Lomas, la propiedad de Enrique Peña Nieto en Ixtapan de la Sal, la casa de fin de semana de Luis Videgaray en Malinalco y las casas de Miguel Ángel Osorio Chong, también en Las Lomas.

En 1980, el entonces Presidente de la República adquirió a precio preferente más de 120 mil metros cuadrados de terreno llano 12 hectáreas, equivalentes a 17 campos de futbol profesional para construir el lugar donde viviría con sus hijos al dejar la Presidencia.

El último año de su gobierno fue el año de la devaluación del peso, la nacionalización de la banca, el deterioro en las relaciones con Estados Unidos, un sobreendeudamiento exterior y el agotamiento de las reservas petroleras. También fue el año en el que se terminaron de edificar cuatro residencias en aquellos terrenos, y el año del golpe periodístico que las hizo de conocimiento público.

A pesar de las revelaciones periodísticas y del reclamo de la oposición, nunca se investigaron la adquisición irregular de los terrenos ni el uso de recursos gubernamentales para levantar las mansiones. El caso quedó en la impunidad. Con los años volvió a ser un escándalo, por los pleitos legales entre la segunda esposa de López Portillo, la actriz Sasha Montenegro, y los hijos de su primer matrimonio.

Hoy, la Colina del Perro está dividida en un lujoso fraccionamiento de más de 50 casas desarrollado por los hijos del ex Presidente; la casa-biblioteca, hoy semiabandonada; una mansión que se renta para grabar telenovelas y películas, y un terreno donde se construye un nuevo proyecto.

La locación


Sobre la avenida Paseo de los Laureles, vía de acceso a Interlomas, 400 metros de grandes bardas que alguna vez fueron blancas protegen una de las casas que fueran del ex mandatario.

Es el punto más alto de la avenida, donde se forma un desnivel de casi 10 metros entre los carriles de ida y vuelta. También es el punto más alto entre las calles aledañas, donde, para ver de menos la fachada, hay que mirar hacia arriba.

El número 350 en piedra señala el acceso a la casa que, en los 80, era custodiada por soldados y miembros del Estado Mayor Presidencial. Hoy, un solo vigilante custodia la puerta.

El predio bardeado alberga más de 5 mil metros cuadrados de jardín perfectamente podado y verde, dividido en dos partes por una fuente y rodeado por más de 60 árboles.

La fachada de dos pisos luce alrededor de 50 grandes ventanales con detalles de piedra por sus cuatro lados. Arriba, cuatro chimeneas se asoman sobre los techos de dos aguas. A la entrada, dos esculturas de leones son utilizadas constantemente como escenografía para producciones del Canal de las Estrellas.

Fue en esta residencia donde Luciana Jacinto (Zuria Vega) se enamora de Rodrigo Torreslanda (Gabriel Soto) después de trabajar como sirvienta para él y su familia en la telenovela Un refugio para el amor (2012). Exactamente el mismo destino que vive Milagros (Allisson Lozz) al enamorarse de Alejandro Belmonte (Eugenio Sille) en Al diablo con los guapos (2007), filmada en la misma mansión.

También fue ahí donde los hermanos Bárbara, Javi y Carlos huyen de la policía después de que les embargan sus bienes en la película Nosotros los nobles (2013).

La Secretaría de Desarrollo y Vivienda del Distrito Federal (Seduvi) tiene registrado el predio, de 9 mil 370 metros cuadrados, bajo el número 350 de Paseo de los Laureles. Pero el Registro Público de la Propiedad y del Comercio (RPPyC) del DF tiene ocultos los datos del mismo. No es posible saber a quién pertenece actualmente.

A dos solicitudes convencionales de los datos generales del predio, una con la dirección en Bosque de las Lomas, como registra la Seduvi, y otra en la colonia Lomas de Vista Hermosa, como aparece en el sistema satelital de Google Maps, el RPPyC respondió que no se localizaron antecedentes registrales del inmueble.

Se buscó tres veces al dueño de la casa. Dos veces el vigilante en turno dijo que el dueño no se encontraba, después de explicar por qué se le buscaba. En otra ocasión, la caseta de vigilancia se encontraba sola.

Una foto de septiembre de 2009 en la plataforma Google Maps muestra un anuncio de "Se vende" a la entrada de la mansión.

La Toscana


A un lado de la mansión, en el 268 de Paseo de los Laureles, más de 50 casas componen el desarrollo residencial La Toscana: 76 mil metros cuadrados de terreno más de 10 campos de futbol que colindan con las calles Bosques de Tabachines, Bosques de Toronjos y Bosques de Temponaztles.

Profesionistas y Asociados Frana S.C., desarrolladores de La Toscana, presumen en su página de internet el ambiente renacentista del quattrocento italiano en el diseño de las casas, alrededor de amplias áreas verdes, finos empedrados, banquetas de recinto, fuentes de cantera, casa club y sistemas modernos de alta seguridad.

En parte del terreno que ocupa el fraccionamiento se construyó hace más de tres décadas una mansión de 6 mil 239 metros cuadrados para los López Portillo, que ha desaparecido para edificar el desarrollo residencial.

Esta mansión era la más grande de las cuatro edificaciones de la Colina del Perro, cuando alrededor sólo había vegetación y las construcciones se alcanzaban a ver desde la carretera México-Toluca; lo que desencadenó los rumores en la localidad y su alrededor.

El escándalo detonó en agosto de 1982, cuando el diputado del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) Carlos Sánchez Cárdenas pidió a José López Portillo explicar al pueblo de México por qué se utilizaban miles de millones de pesos en la edificación de mansiones para él y su familia.

López Portillo no dio una explicación concreta siendo Presidente. Si acaso, en su último Informe de Gobierno dijo haber actuado siempre de buena fe, con total honestidad intelectual, y aseguró salir con las manos limpias de sangre y de recursos mal habidos.

"Será el pueblo, será la historia, los que evalúen el ejercicio de mi responsabilidad", declaró el 1 de septiembre de 1982, día que lloró ante el Congreso de la Unión en medio de una crisis económica devastadora. "Soy responsable del timón, pero no de la tormenta", justificó.

Doce días después, la edición 306 de la revista Proceso publicó el reportaje "Los detalles de la fortaleza", al que siguieron distintas investigaciones periodísticas que abundaban en la edificación de las mansiones, calculando su valor hasta en 2 mil millones de pesos, contrapuestos con los 36 millones de pesos que habría ganado legalmente el Presidente en todo su sexenio.

Fue hasta seis años después cuando López Portillo dio una versión sobre la Colina del Perro, denominada así por la zona montañosa y por la promesa que había hecho el ex Presidente en Guadalajara de defender el peso "como un perro", dos semanas antes de que se devaluara.

En su libro Mis tiempos, publicado en 1988, López Portillo declara que Manuel Senderos, entonces principal accionista de Bosque de las Lomas, le vendió el terreno en 17 millones de viejos pesos, hoy 25 millones 300 mil pesos. Y justifica el precio con una sola frase: "No quiso hacer negocio con la familia del Presidente".

En el texto explica que fue el entonces jefe de Departamento del DF, Carlos Hank González quien, además de ser su amigo, era su subordinado en su calidad de regente de la Ciudad, le prestó 200 millones de viejos pesos hoy 233 millones de pesos, más algunas "sumas complementarias", para la construcción de las casas.

El préstamo no pudo ser liquidado al Profesor Hank por la familia, ya que pretendían pagar con la plusvalía de las hectáreas que no fueron ocupadas y que, según la versión de José López Portillo, fueron donadas al Fondo Nacional de Reconstrucción, formado después del terremoto de 1985. Los terrenos donados sumarían 6 hectáreas, la mitad del terreno de la colina.

Los terrenos debían ser entregados para ponerlos a la venta y, con el dinero recaudado, reconstruir los hogares dañados en el terremoto.

El Fondo Nacional de Reconstrucción se manejó en total opacidad y, hoy en día, no existen registros de tal donación.

En 1996, las hijas del ex Presidente relotificaron los predios de la Colina para desarrollar un lujoso fraccionamiento. Según el Registro Público de la Propiedad, la relotificación de casi 8 hectáreas de terreno para construir La Toscana se realizó el 27 de mayo de 1996 y, cinco años después, se cambió la constitución de los predios a régimen de propiedad de condominio con 56 casas.

La empresa Arges, S.A. de C.V. aparece como propietaria de los terrenos, representada por Carmen Beatriz López Portillo Romano. Y la propietaria del condominio La Toscana, según el documento, es Paulina López Portillo Romano. Ambas hijas del ex Presidente.

El desarrollador de La Toscana es Carlos Pascual Ortiz Rubio Downey, nieto del ex presidente Pascual Ortiz Rubio y ex esposo de Paulina López Portillo.

Los descendientes de los presidentes se casaron en Los Pinos en 1981 y llegaron a ser los únicos habitantes de la Colina al término del sexenio de José López Portillo, cuando él y su hijo José Ramón se exiliaron en Roma y su esposa Carmen Romano, junto con su otra hija, Carmen Beatriz, se fueron a París.

El documento del RPPC, con el número de folio 1054276, indica que el propietario del predio "constituyó servidumbre a paso onerosa y perpetua de paso y uso sobre las áreas comunes".

Esto quiere decir que los habitantes de La Toscana deben de pagar por el uso de vialidades comunes, planta de tratamiento, basura, caseta de vigilancia y casa club del condominio a Arges S.A. de C.V.

Hoy, la página de internet del desarrollo residencial presume 70 casas en el terreno. Dos de ellas, usadas, se venden en más de 6 millones de dólares cada una.

La próxima Toscana


Al lado derecho de la casa-set, en un terreno de 9 mil 563 metros cuadrados en el que se construyó una tercera casa de los López Portillo que fue derruida, decenas de obreros trabajan para la edificación de un nuevo complejo residencial.

En el zaguán improvisado del número 308 de Paseo de los Laureles, por donde entran camiones con material de construcción, cuelga una pequeña hoja de tamaño carta con la siguiente leyenda:

"Proyecto: casa habitación LA TOSCANA".

La casa-biblioteca


Rodeada en tres de sus cuatro lados por La Toscana, la casa donde José López Portillo llegó a vivir años después de su mandato alberga una biblioteca de tres pisos que asciende en forma de caracol, donde reposaron más de 30 mil libros que archivaba el ex Presidente y que creó para que fuera la biblioteca familiar.

A un lado, gimnasio, alberca y cuarto de armas. Arriba, una cúpula con observatorio astronómico. Afuera, estacionamiento para ocho autos.

Sin embargo, según declaraciones de la actriz italiana Alexandra Acimovic Popovic, mejor conocida como Sasha Montenegro viuda del ex Presidente, más allá de la gran biblioteca y los espacios comunes, la casa sólo tiene un cuarto.

La fachada luce descuidada. El zaguán para entrar a la casa-biblioteca con el número 278, no cierra totalmente, por lo que tiene que estar sostenido por dos grandes alambres.

No hay vigilantes ni grandes bardas, sólo un empleado que negó que la casa estuviera habitada.

"Ya no hay nadie aquí. Se está cayendo la casa", dijo sin querer revelar su nombre ni para quién trabaja.

Dentro, el pasto amarillo del jardín intenta ganar terreno a la tierra que forma huecos. La fachada, en partes pintada de rojo y en partes del color del cemento, desentona entre las paredes pulcramente pintadas a su alrededor. Lo mismo ocurre con el techo plano, que visto desde el aire contrasta con los techos rojos de dos y cuatro aguas de La Toscana.

Después de su exilio, José López Portillo llegó solo a su casa-biblioteca, a finales de 1984. En Europa ya había comenzado un romance con la actriz Sasha Montenegro.

Desde antes de dejar la Presidencia, ya estaba separado de la Primera Dama Carmen Romano, pero fue hasta 1991 cuando se divorciaron legalmente.

En la casa-biblioteca presentó su libro Ellos vienen, la conquista de México, en 1987. Ahí se casó en 1991 por el civil y en 2000 por la iglesia con Sasha Montenegro, con quien tuvo dos hijos: Nabila y Alexander, quienes, en principio, eran herederos de la casa.

El mismo año, López Portillo rindió en su colina declaración al Juzgado 39 Civil como parte del juicio que Sasha Montenegro impuso a la periodista Isabel Arvide por daño moral, y perdió la casa de Acapulco que en 1982 le regalara el Sindicato de Petroleros, quedándosele a sus hijos mayores después de un pleito legal.

Desde entonces, el abogado de la actriz era Guillermo López Portillo, primo-hermano del ex Presidente, quien también se encargó de defenderla en el juicio de divorcio que le impuso José López Portillo un año después, en 2001, acusándola de maltrato y revocándole la propiedad.

Ese año, el ex Presidente intentó rematar la mansión en 7 millones de dólares, a tratar, sin encontrar un comprador, y demandó a su hijo José Ramón por el robo de libros de su biblioteca.

Al mismo tiempo, Montenegro disputaba con María Antonieta García López Loaeza esposa de José Ramón más de 50 hectáreas del rancho "La Cascada", en Valle de Bravo, que José López Portillo vendió un año antes a la actriz cuando las escrituras estaban a nombre de su nuera.

El ex Presidente tuvo que vender los más de 30 mil tomos de su biblioteca por falta de recursos. Murió en febrero de 2004 aún casado con Sasha Montenegro, quien ganó la demanda de divorcio y se quedó con la casa-biblioteca que, para entonces, ya había rentado como locación para las telenovelas Agua y aceite (2001) y Las vías del amor (2002), donde interpretaba a la villana Catalina Valencia.

Guillermo López Portillo demandó tiempo después a Sasha Montenegro y sus dos hijos por el pago de 34 millones de pesos por honorarios en los años que fue su clienta, y pidió vender la casa en la Colina para pagar su deuda. Montenegro también ganó esa demanda.

Después de la construcción de La Toscana, la casa quedó aislada entre el desarrollo residencial.

El terreno original, de 31 mil 487 metros cuadrados, según los planos de construcción de 1982, hoy está delimitado en 5 mil 600 metros cuadrados, según la Seduvi-DF.

Aunque, hasta los últimos pleitos legales en 2007, la casa quedara legalmente a nombre de Nabila López Portillo hija de el ex Presidente y la actriz, el Registro Público de la Propiedad tampoco tiene antecedentes de construcción ni nombre del dueño en el terreno de la casa-biblioteca.

* * *

Presionado por el escándalo de la Colina del Perro, el presidente Miguel de la Madrid creó en 1983 la Contraloría General de la Federación hoy Secretaría de la Función Pública con el fin de investigar, procesar y sancionar acciones irregulares en el manejo de recursos en la administración pública.

La Contraloría procedió en algunos casos, como el de las propiedades del ex jefe de la Policía, Arturo El Negro Durazo. Pero nunca realizó una investigación formal a las casas de la Colina del Perro.

Tampoco procedió la denuncia que interpuso el abogado Ignacio Burgoa Orihuela contra José López Portillo por peculado en contra de la Nación, ni la petición del PSUM para que el gobierno expropiara sus propiedades.

Hoy, la casa-biblioteca en Paseo de los Laureles 278 y la casa marcada con el número 350 en la misma calle se rentan en aproximadamente 60 mil pesos diarios, cada una, para filmar en ellas, según gerentes de locaciones de cine.

La política volvió hace tres años a la casa de López Portillo, cuando se filmaron escenas de Colosio: el asesinato, película mexicana dirigida por Carlos Bolado.

Si se ocupa la gran biblioteca, es necesario llevar libros para la escenografía, igual que parte del mobiliario. Se debe tener mucho cuidado con no rayar la madera. Sólo se puede usar la planta baja y no se puede fumar.

Aún se puede ver el cuadro de un antepasado de José López Portillo pintado por el ex Presidente, que disfrutaba llevar el pincel al óleo en su tiempo libre.