Durante décadas, la voz estridente de los comerciantes "gritones" era parte de la tradicional vendimia que se instala alrededor de la Basílica de Guadalupe, en la Colonia Independencia... hasta ahora.
Sus característicos gritos y pregones para ofrecer productos a precios bajos, como cobijas y artículos domésticos, ahora ya no son parte del entorno por la fiesta guadalupana.
Los comerciantes aseguran que la Dirección de Comercio de Monterrey les tiene prohibido usar bocinas, altoparlantes o elevar la voz para promocionar sus productos.
"Aquí estamos, como cada año, por la tradición", mencionó el comerciante Arturo Montiel, mientras atendía su puesto, ahora en voz normal.
"Con o sin micrófono vamos a seguir dándoles barato".
Aunque para algunos comerciantes la medida ha complicado sus ventas, otros agradecieron la supuesta prohibición municipal, y la consideraron positiva porque el ruido era excesivo.
"La verdad sí nos benefició que ya no gritaran tanto", comentó una vendedora de alimentos, señalando que antes era difícil comunicarse con sus clientes.
Sin embargo, entre los feligreses y visitantes a la Basílica la medida dividió opiniones.
"Es parte de la contaminación auditiva, sí, pero es temporada", justificó Blanca, una cliente que buscaba un cobertor en uno de los locales de los "gritones".
"Deberían permitirles gritar; la gente ya sabe que están aquí y venimos a comprarles porque es una tradición".
Aún con la restricción, estos comerciantes buscan adecuarse para mantener vivo su estilo de negocio.
"Nos ha afectado un poco, pero vamos a ver si todavía podemos gritar. Y si no, pues así vamos a vender", comentó uno de los oferentes.
Y mientras continúan las festividades guadalupanas, los "Gritones" seguirán con su tradicional ofrecimiento: garantía de satisfacción y precios bajos.
"¡Atención, señoras y señores, los estamos invitando a visitarnos en el lugar de siempre, frente al Santuario. Échale uno, échale otro, y si no le gusta se lo cambio!, ¡todo a precio de fábrica!", decía Arturo Martel al paso los potenciales clientes, ahora sin alzar la voz.
Con pocos días restantes, comerciantes establecidos y ambulantes instalados en los alrededores de la Basílica de Guadalupe, en la Colonia Independencia, reportaron una disminución en sus ventas de hasta un 20 por ciento, en comparación el año anterior.
Aseguraron que aunque el número de feligreses ha sido constante, son menos los que se detienen para comprar artículos o consumir alimentos.
"Como un 20 por ciento menos que el año pasado, es lo que estamos viendo, aunque se ve que viene mucha gente, no todos compran", dijo un comerciante de artículos religiosos.
"Las ventas están flojas, ha venido mucha gente, pero la mera verdad las ventas están muy flojillas", coincidió Alma Gloria Noyola, quien desde hace 25 años se instala en la zona de la basílica y ofrece algodones de dulce y frituras.
Indicaron que el pasado fin de semana, miles de fieles abarrotaron las calles aledañas al templo, aprovechando el clima agradable. Sin embargo, esto no se reflejó en un incremento en las ventas.
"El sábado y domingo pasado vino bastante gente, pero nomás pasaban a la iglesia y no compraban nada", señaló una comerciante de artículos religiosos.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de Monterrey, este año se tienen registradas 630 peregrinaciones.
Señalaron que hasta ayer ya habían acudido alrededor de 600 a la basílica, quedando pendientes unas 30 más para los próximos tres días.
"Sabrá Dios por qué la gente ya no se queda a comer o comprar. Hace años todos los que venían compraban algo, aunque fuera chiquito, pero todo se vendía" expresó otra vendedora de rosarios e imágenes religiosas.
A pesar del panorama, los comerciantes mantienen la esperanza de que las ventas repunten en la recta final de las festividades.
"Esperemos que sí, que el día 11 y 12 estén bien las ventas para poder recuperar lo que invertimos", confió Alma Gloria.
"Híjole, a ver si ya en los meros días de las mañanitas y del viernes 12 se mejoran las ventas, porque si no, vamos a tener pérdidas", comentó un vendedor de cobijas instalado en la zona.