Con las llaves en la mano

México, y notablemente Nuevo León, se han convertido en un lugar de riesgo para las mujeres. Han servido de poco los discursos y promesas de cambio o las políticas públicas. Tampoco han ayudado las manifestaciones en las que se grita hace años "Ni una más", ni el agua de las fuentes teñida de rojo, ni los memoriales, ni monumentos, tampoco la pinta de bardas, la proyección en Palacio Nacional de "México feminicida", ni un dirigible volando con el mensaje "Ninguna en el olvido". Nada ha servido para disminuir la violencia machista en nuestro país.