OPINIÓN

El apresurado de Dios

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Con ese calificativo, "el apresurado de Dios" llamó alguien a Vasconcelos. Para el filósofo sus andanzas por el país a fin de conseguir el voto de los mexicanos no eran una campaña: eran una misión. "-Misión -solía decir Vasconcelos- viene del latín missus, que significa enviado". El gran oaxaqueño, en efecto, se sentía una especie de mensajero encargado de traer la buena nueva de la renovación nacional.