El pasado viernes tuve el privilegio de narrar Bundesliga. Y sí, un privilegio, una gozada. Esta vez no exagero. Así lo considero por el alto nivel de competencia que existe en dicha Liga. No se guardan nada los equipos y el deseo de ganar es mucho más fuerte que el temor a la derrota. Y eso, para quienes nos dedicamos a relatar la historia de lo que sucede, es un suculento manjar que se traduce en un producto fascinante.