OPINIÓN

El rey de las penumbras

Jorge Suárez-Vélez EN EL NORTE

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El reciente ataque a la democracia estadounidense es una odiosa alarma que nos despierta del profundo sueño, cuando ya nos levantamos tarde. Trump y AMLO no son causa sino consecuencia de indignas condiciones que ambos agravan, fortaleciéndose por lograrlo. Por años hemos subrayado temibles paralelos: narcisistas autoritarios llenos de resentimientos; hostiles a la ciencia y el conocimiento; demagogos ignorantes, negados para articular una ideología constructiva, pues su visión acaba donde el espejo empieza; astutos embaucadores que usan la mentira sin asomo de contrición para ocultar una realidad inconveniente; incapaces de reconocer errores; dispuestos a arrasar cualquier cimiento institucional que estorbe, aunque el país sin éstos se colapse; sin interés por gobernar o administrar, ven al gobierno sólo como utensilio para consolidar su poder; implacables enemigos de los contrapesos y de quien los cuestione; con gran sensibilidad para identificar frustraciones y resentimientos de su base, y con el impudor para atizarlos, nublando los hechos con conspiraciones míticas, con "otros datos", y construyendo enemigos reales o imaginarios; diestros para hacer de cada grieta un cráter.