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'Florecen' los techos verdes

AFP

Cd. de México (16 noviembre 2012) .-11:28 hrs

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Una revolución verde ha irrumpido entre la jungla de concreto y automóviles de la Ciudad de México.

Un creciente número de capitalinos desafía el caos urbano en que viven 20 millones de personas y circulan 4 millones de vehículos, al plantar vegetales en los techos de sus casas.

Además de árboles donde alguna vez hubo edificios y trasladarse en bicicleta o taxis eléctricos.

"Es nuestro voto por el medio ambiente", comenta el arquitecto Elías Cattan, de 33 años, mientras muestra lechugas, cebollas y chiles sembradas dentro de viejos neumáticos en el balcón de su oficina, en un antiguo edificio de cinco pisos en La Condesa.

"Es una ventana hacia el futuro y es importantísimo que nos reconectemos con la tierra", afirma mientras gotas de lluvia caen sobre los brotes de su huerto urbano.

Al igual que un creciente número de capitalinos, Cattan se traslada a su trabajo en bicicleta, en medio de una enorme masa de automóviles, a menudo atorados en gigantescos nudos vehiculares.

Hace 20 años, la Ciudad de México fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la urbe más contaminada del mundo.

La alcaldía ha implementado un "plan verde" para limpiar a la Ciudad, pero en muchos casos son los ciudadanos quienes emprenden hábitos más amigables con el medio ambiente.

Las autoridades plantaron medio millón de plantas por toda la Ciudad, ampliaron un programa de préstamo de bicicletas, construyeron una nueva línea del metro y crearon rutas de autobuses eléctricos o a gas natural.

Algunos ciudadanos también hacen su parte al tirar la basura.

El primer domingo de cada mes en el Bosque de Chapultepec intercambian deshechos reciclables -botellas de plástico, papel, cartón- por verduras y vegetales que se cultivan en la capital, como tomates, maíz o nopal.

Para alentar los huertos urbanos, la alcaldía y organismos privados ofrecen asesoría gratuita e incluso semillas y tierra.

"Es fácil, divertido y barato", señala Liliana Balcázar, al subrayar que cultivar vegetales también contribuye a la salud en un país con un grave problema de obesidad.

Cattan es apoyado en su huerto urbano por Gabriela Vargas, una ex fotógrafa de 43 años, cuya pasión surgió hace 12 años, cuando plantó vegetales en su balcón para obtener alimentos más sabrosos y saludables para su hija.

"Cuando empecé hace 12 años, era la loca sembrando lechuga en su departamento. Ahora es muy común", explica Vargas, directora del proyecto Cultiva Ciudad, que asesora a ciudadanos, escuelas e instituciones.

Vargas es ambiciosa y tiene un nuevo proyecto para llenar la ciudad de frutales. El año pasado, su organización donó 6 mil árboles a varias zonas de la Ciudad.

Su nuevo proyecto es un huerto con árboles de manzana, durazno y guayaba.

La alcaldía le facilitó mil 650 metros cuadrados que antes ocupaba un edificio afectado por el terremoto de 1985 y derribado en 1990.

Pese a que la Ciudad es cada vez más verde, la contaminación aún es visible y oculta a menudo las montañas que rodean la urbe.

El nivel de monóxido de carbono disminuyó 90 por ciento en 20 años, pero persisten el ozono y las partículas suspendidas.