Historia de un lector
Mónica Soto Icaza EN EL NORTE
4 MIN 00 SEG
08 agosto 2021
Se llamaba Gabriel Briones. Era un hombre alto, de pelo chino y anteojos de pasta. Llegó con un fólder lleno de hojas blancas escritas a máquina de escribir con la pulcritud de quienes han trabajado tanto un poema que la versión final es exacta, sin exabruptos ni florituras. Era el 2004. Yo tenía 24 años, vivía mis primeros meses como editora independiente de libros. Gabriel era un señor de casi 60, recién jubilado; había pasado las últimas tres décadas barriendo las calles de la Ciudad de México.