OPINIÓN

México Mágico

MÉXICO MÁGICO / Catón EN EL NORTE

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22 febrero 2021

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Muy animada estaba la feria del 6 de agosto en el Saltillo, muy alegre. De todas partes del país habían venido mercaderes y tratantes; en largas recuas de mulas trajeron sus géneros y sus mercaderías: recios hierros forjados de Vizcaya; telas preciosas que al abrirse los cofres que las contenían dejaban escapar brillos de hilos dorados y de plata; lacas de Michoacán pintadas con todos los colores del arco iris; espuelas sonoras de Amozoc; rebozos de Santa María que podían pasarse por un anillo; recios cobijones de Tlaxcala, de trama tan cerrada y urdimbre tan firme que en ellos era posible llevar agua sin que una sola gota se filtrara por el tejido. De pueblos y lugares vecinos a Saltillo llegaban los ganaderos y ponían en venta bueyes y caballos, mulas potentes, ovejas y cabras baladoras. Los tlaxcaltecas de mirada hierática, silenciosos como esfinges, ofrecían sin decir palabra sus sarapes famosos de Saltillo, riquísima gala que ponía orgullo en su poseedor.