OPINIÓN

MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre EN EL NORTE

1 MIN 00 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
A san Virila le tocaba lavar todos los días los platos, las tazas y los cubiertos de la mesa después del desayuno, la comida y la cena en el convento. También debía lavar las cazuelas y ollas de la cocina.