OPINIÓN

Posponer y evitar

Félix Fernández EN EL NORTE

MIN SEG

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Cuenta la historia que Damocles era un miembro de la corte del Rey Dionisio, quien envidiaba las comodidades y lujos del Rey. El chisme llegó a oídos de Dionisio, quien planeó un escarmiento para el envidioso Damocles: le ofreció intercambiar los roles durante una noche, para que así pudiera experimentar personalmente los placeres que tanto deseaba. Se organizó un gran banquete, Damocles ocupó el lugar del Rey y gozó de lo lindo. Todo iba muy bien, hasta que Damocles, sentado en el trono, miró hacia arriba y observó una afilada espada que apuntaba hacia su cabeza, sostenida únicamente por un pelo de crin de caballo. En ese momento Damocles, absolutamente apanicado, le pidió al Rey deshacer el trato y regresar a los roles originales.