OPINIÓN

Resguardo

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN EL NORTE

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La recién casada les contó a sus amigas: "Baudelio me dice que podría vivir alimentándose sólo con mis besos". "¿Y no le cansa esa dieta?" -preguntó una, sonriendo. "No -dijo la chica-. Lo que lo deja agotado es el postre"... Un joven marido decidió dar a su mujercita una fiesta sorpresa el día de su cumpleaños. Le dijo: "Arréglate, porque vamos a ir a cenar y luego a bailar". Ella subió a su recámara, y entonces el muchacho abrió la puerta de la casa e hizo entrar a todos los invitados a la sala, cuya luz había apagado. Ya estaban todos ahí cuando apareció ella sin nada de ropa encima. Desde la escalera le dijo a su marido: "Rigoberto: ven de una vez, porque luego al regresar me vas a salir, como siempre, con que vienes muy cansado"... El Obispo llegó al pequeño pueblo y fue objeto de una calurosa recepción. Se formó una valla de vecinos que lo aplaudían y le gritaban vivas. Dos ebrios salen de la cantina al oír el alboroto. Le dijo uno al otro: "¡Es el señor Obispo! ¡Ahorita que pase por aquí hay que decirle algo que le guste!". El otro se preparó, y cuando Su Excelencia pasó frente a ellos gritó con toda la fuerza de sus pulmones: "¡Señor Obispo! ¡Que tizne a su madre el diablo!"... Eso mismo le podríamos decir los mexicanos al coronavirus, que tantos males y problemas de todo orden ha traído consigo. La mejor manera de mentarle la mamá a ese virus -o molécula, o lo que sea- es cuidándonos y cuidando a nuestros semejantes, de modo que no siga cundiendo la epidemia. Permanezcamos en nuestro aislamiento, por incómodo y molesto que parezca, y cumplamos las instrucciones de las autoridades de salud. De esa manera el coronavirus, como dijo el borrachito, se irá a tiznar a su madre... En el tálamo conyugal la mujer del gran jefe indio le dijo con disgusto: "Toro Sentado: aquí en la cama te conviertes en Buey Acostado"... Desde la parte de atrás del atestado autobús preguntó en voz alta la curvilínea chica: "Perdón, señores: ¿alguien sabe cantar allá adelante?". "¿Por qué?" -preguntó uno de los pasajeros. Respondió la muchacha: "Porque acá atrás todos están tocando"... "Mami -le preguntó el niño a su mamá-, ¿por qué amarraron a la sirvienta?". "Yo no la amarré -respondió extrañada la señora-. ¿Por qué me dices eso?". "Porque ahorita que pasé por su cuarto oí que le decía a mi papá: '¡Suélteme, señor; por favor suélteme!'"... Babalucas le propuso con ansiedad a Pirulina: "¿Lo hacemos, Pirulina? ¿Lo hacemos?". Respondió la muchacha: "Otra pregunta idiota como ésa y me levanto de la cama, me visto y me voy de tu departamento"... Dos recién casadas comentaban sus experiencias de la noche nupcial. Contó una: "Leodegardo manejó todo el día. Cuando llegamos al hotel se tiró en la cama y se durmió al segundo". "Pitoncio también -comentó la otra-. Pero él se durmió al tercero". (No le entendí)... Una pareja de astronautas, él y ella, llegaron a Marte y fueron recibidos con interés por los marcianos, que jamás habían visto terrícolas ni sabían cómo eran. Lo primero que los extraterrestres pidieron a los visitantes fue que les mostraran qué comían. La astronauta sacó una cocinilla portátil y procedió a freír unos huevos. "Estarán listos en unos minutos" -dijo a los marcianos. "¿Y por qué los meneas?" -preguntó un marciano. "Para que no se peguen" -explicó ella. En seguida los marcianos quisieron saber cómo se hacían los niños en la Tierra. De muy buena gana el astronauta y la astronauta procedieron a darles una demostración. Al terminar preguntó otro marciano: "Y el niño ¿dónde está?". "Tardará algún tiempo" -respondió el astronauta. Dijo el marciano: "¡Entonces síganle meneando, no se les vaya a pegar!"... FIN.