OPINIÓN

Sorpresa

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN EL NORTE

3 MIN 30 SEG

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En español de España se dice "joder" o "follar". En español de México el verbo equivalente es "coger", si se me permite el prosaísmo. Sucedió que un peninsular iba por una carretera española y vio a la orilla un gran anuncio que decía: "Si quieres conocer una nueva manera de joder visita el convento de las Hermanitas de la Reverberación". Se sorprendió el viajero al ver tan singular letrero, pero pensó que todo se puede esperar del progresismo. Cuando llegó al convento vio otro cartel: "Llama a la puerta y conocerás una nueva manera de joder". Intrigado descendió de su vehículo y llamó a la puerta. Le abrió una monjita después de descorrer una serie de fuertes cerrojos. Lo condujo a una pequeña sala al final de un largo corredor y ahí le pidió el correspondiente pago: 500 euros. Le dijo: "Espere aquí 5 minutos y luego pase por esa puerta". Y le señaló una que tenía también fuertes cerrojos. Luego salió y el visitante oyó cómo cerraba la puerta tras de sí con sonoros hierros. Esperó los 5 minutos que la reverenda le había indicado, descorrió los varios cerrojos de la puerta y la abrió. Se encontró fuera del convento, en descampado. No había más que otro gran letrero que decía: "¡Felicidades! ¡Acabas de conocer una nueva forma de joder! ¡Las Hermanitas de la Reverberación te jodieron!"... Doña Insacia, la esposa de don Feblicio, le tenía un raro apodo a su marido. Le decía "La bicicleta estacionaria". Explicaba: "Se sube, se esfuerza, se agita, suda, pero nunca llega a ningún lado"... Babalucas cumplió años, y uno de sus amigos le regaló un pequeño telescopio, pues Baba solía decir: "Me gusta ver el cielo constelado, sobre todo cuando hay estrellas". Pocos días después Babalucas le reclamó a su amigo: "El telescopio que me regalaste no sirve". "¿Por qué?" -se sorprendió el otro. Replicó Babalucas: "No acerca los objetos". "Sí sirve -objetó el amigo-. El día anterior al de tu cumpleaños dirigí el telescopio hacia la ventana de tu departamento, que está a un kilómetro del mío, y pude ver cómo estabas en la cama abrazándote y besándote con tu mujer". "¡Te digo que el telescopio no sirve! -exclamó triunfalmente el tonto roque-. ¡El día anterior al de mi cumpleaños ni siquiera estaba yo en la ciudad!"... Dos ancianos caballeros tomaban una copa en el bar. De pronto dijo uno: "Me voy. Es la hora en que le hago el amor a una amiguita que tengo". El otro se asombró: "¿Todavía puedes hacer el amor?". "Sí -respondió el primero-. Comer pan de centeno me ayuda para eso". Esa misma tarde el otro veterano fue a una panadería y le pidió a la encargada cuatro kilos de pan de centeno. Le dijo la muchacha: "Se le va a endurecer, señor". Exclamó el viejito: "¿Por qué todo mundo sabe eso menos yo?"... Dick McPrick, joven escocés, consiguió unos metros de tela con los colores de su clan y le pidió a un sastre que le confeccionara su primera faldita, o kilt. El hombre le indicó que con la tela que le había llevado alcanzaba también para hacerle un calzón. En el plazo convenido le entregó las dos prendas y 20 centímetros de tela que le habían sobrado. Le dijo que el retazo podía servir para un parche en caso necesario. Esa noche, orgulloso, Dick se puso la faldita y se la mostró a su novia. "¿Qué te parece?" -le preguntó. "Muy bonita" -comentó la chica. El muchacho, entonces, quiso presumirle el calzón, para cuyo efecto se levantó la falda. No se dio cuenta de que había olvidado ponerse el calzón. "Y esto -le preguntó a la chica- ¿qué te parece?". "Muy bonita también" -acertó a responder ella. Dijo McPrick: "Y todavía tengo 20 centímetros más de reserva, para lo que se pueda ofrecer"... FIN.