Truss: fanatismo en el poder

Tal vez sólo los votantes británicos más informados conozcan a fondo el ideario económico de ciencia ficción de la recién estrenada Primer Ministro Liz Truss y su brazo derecho, el ministro de Hacienda Kwasi Kwarteng. De cualquier forma, esta vez nadie los consultó, porque el mandato mayoritario que le otorgaron hace algunos años al Partido Conservador, encabezado entonces por Boris Johnson, le dio a su sucesor(a) dos años de gracia antes de convocar nuevas elecciones. Pero sin duda, no votaron por un gobierno dispuesto a convertir al libre mercado en la única guía de un programa radical para lidiar con "un Estado Británico inflado", reducir impuestos y "regulaciones excesivas" (leáse, el gasto dedicado a servicios públicos, incluyendo escuelas, hospitales del sistema nacional de salud y el apoyo a regiones atrasadas), y darle la espalda a problemas como el desempleo y la inflación, para promover el desarrollo económico.