OPINIÓN

Un héroe envilecido

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

0 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Don Miguel Hidalgo pareció turbarse a la vista de aquel cadáver de cráneo destrozado por una bala que entrándole en un ojo le había abierto la tapa de los sesos. Largamente lo contempló y luego, con voz que apenas pudo oírse, mandó que se recogieran las pertenencias del muerto y que acompañándolas con una barra de plata se enviasen a la viuda del hombre cuya violenta muerte parecía dolerle tanto. Y le dolía, en efecto, hasta el fondo de su corazón. Porque aquél cuyo cadáver yacía a sus pies grotescamente descompuesto, aquél que sería sepultado envuelto en una mortaja que ni siquiera alcanzaría a cubrirlo del todo, había sido uno de los mejores hombres que jamás pisara tierras de la Nueva España.