EN EXPANSIÓN

El presidente del encuentro librero añade que la FIL está lista para crecer más allá de la Expo y del Centro Cultural Universitario. El proyecto ya empezó a moverse hacia un objetivo que Padilla López considera natural: dar el salto a las regiones y llevar las actividades de este festival literario a los campus universitarios regionales lejos de Guadalajara.
La iniciativa, que ya se extendía con programas como Ecos de la FIL, se empezará a ampliar hacia Lagos de Moreno, a la zona Valles y a Ciudad Guzmán, en donde ya se preparan programas bajo el sello de la FIL.
Para Padilla López, la expansión no consiste sólo en llevar presentaciones de libros. Se trata de trasladar a las regiones el espíritu de la FIL a partir de conversaciones plurales y la posibilidad de escuchar voces que no forman parte de la vida cotidiana de los campus regionales.
La descentralización fue también una respuesta al crecimiento físico de la feria, que ya desbordó los límites físicos de Expo Guadalajara. Desde hace dos años las actividades se han expandido a hoteles y auditorios cercanos y también hacia el Centro Cultural Universitario.
Padilla López tiene claro que la expansión será permanente. De hecho, cree que apenas están abriendo la puerta. "Este año son tres centros, pero estoy seguro de que el próximo serán más".
"La idea es que la feria sin desmerecer, obviamente, la calidad y la cantidad de cosas que tiene en su recinto ferial, pueda también auspiciar una serie de actividades en la red universitaria, que crezca y que vaya replicando regionalmente esta idea de acercar a los jóvenes a los libros", considera.
LEGADO DE LOS LIBROS

La feria que preside Trinidad Padilla López carga con un prestigio internacional y con una responsabilidad que asume como parte del legado de su hermano mayor, Raúl Padilla López, su fundador.
El ex Rector de la UdeG y también director de la Biblioteca Pública del Estado, conoce la FIL desde su origen. Aun así, no había visto su funcionamiento interno con el nivel de detalle que ahora observa desde la presidencia.
"Todo el trabajo operativo recae en el comité organizador y ese grupo que encabeza Marisol Schulz. Son extremadamente eficaces y muy profesionales. Yo, aunque conocía la feria desde que nació, no había visto tan de cerca toda la tramoya que hay detrás de lo que vemos durante nueve días".
La FIL parece un organismo gigantesco, pero en realidad funciona con un equipo estable de alrededor de 50 personas, explica. Durante la feria, esa cifra se multiplica por 20. Profesores, autoridades académicas, personal administrativo y estudiantes se suman como anfitriones voluntarios, una tradición que nació en los primeros años por necesidad y que Raúl Padilla López en una práctica institucional.
Las anécdotas forman una constelación que recorre su memoria universitaria. Desde acompañar a los ex Presidentes de España y México, Felipe González y Miguel de la Madrid, respectivamente, hasta presenciar los movimientos discretos del cuerpo de seguridad británico que acompañaba al escritor Salman Rushdie, sobre quien pesaba una fatua que el líder iraní Ayatolá Jomeini emitió contra el autor por su novela Los Versos Satánicos, considerada blasfema por muchos musulmanes.
"Rushdie quería conocer Tequila. Y había que llevarlo sin llamar la atención. Autos sin logos, movimientos discretos. Pero él estaba feliz. Y así era esto. En cada edición pasan cosas que solo pueden ocurrir aquí", remarca.
El peso emocional del cargo es evidente. Cuando se le pregunta qué significa presidir la FIL, uno de los proyectos más importantes para Raúl Padilla López.
"Me produce un gran honor. Este fue el proyecto más importante que mi hermano impulsó en su vida. Era su pasión. Él vivía para esto", advierte.
Su nombramiento llegó casi por sorpresa. La noche anterior a la inauguración del 2024, el entonces Rector de la UdeG, Ricardo Villanueva se lo comunicó. Trinidad imaginó que se anunciaría discretamente al final de la feria, pero Villanueva lo hizo público en el acto inaugural, ante el público y los invitados internacionales.
"Pensé: esta será la última feria en la que podré andar entre los stands sin responsabilidad. Y sí, me tomó por sorpresa", recuerda.
HISTORIA DETRÁS DE BARCELONA

Desde hace siglo y medio las mujeres de Barcelona han salido a las calles para defender lo más básico: el pan, la vivienda, la libertad, la vida de sus hijos, su derecho a existir en un espacio público que durante años les negó lugar.
Cada generación ha empujado un límite distinto. Algunas lo hicieron enfrentando la subida del precio del pan en el siglo 18, otras resistieron la guerra, la dictadura, la precariedad y, en tiempos recientes, la crisis de vivienda y la desigualdad marcada por el turismo masivo.
Esa continuidad de luchas es el pulso que articula la exposición "Vendrán las Mujeres: 150 Años de Luchas en las Calles de Barcelona", que llega al Museo Cabañas junto con "Tres Maneras de Entrar: Brossa, Verdaguer y Rodoreda. Una Trilogía de Cabosanroque", que forman parte del programa de Barcelona como invitada de honor de la FIL.
La primera, curada por Ingrid Guardiola, revisa la historia urbana de Barcelona a través de las voces de sus escritoras y de las acciones que han llevado a las mujeres a ocupar, disputar y transformar el espacio público.
No es una revisión estrictamente cronológica. Es, como lo describe su curadora, "un viaje poético, histórico y político" que revela que las necesidades cambian, pero el impulso de lucha permanece.
Guardiola señala que uno de los hilos más claros del recorrido es cómo, cada vez que las mujeres salen a la calle, la ciudad se altera.
"Cuando las mujeres salen a defender el espacio público, la ciudad se reconfigura, desde protestas por el precio del pan hasta la defensa de la vivienda o la oposición a enviar a los hijos a la guerra, esos gestos colectivos han marcado la vida urbana", reflexiona.
La exposición se divide en cuatro periodos: la modernización del siglo 19, la guerra y el exilio, la transición democrática y la contemporaneidad.
Cada etapa combina archivo, literatura, obra visual y testimonios de una ciudad vista por la clase burguesa que escribe desde el confort, las obreras que describen la ciudad monstruosa y rebelde, las periodistas que discuten vivienda pública hace un siglo y las autoras actuales que atraviesan un presente marcado por crisis de acceso a la vivienda, nuevos sindicatos y movimientos feministas y antirracistas.
Guardiola explica que decidieron trabajar con escritoras porque su mirada permite conjugar análisis y emoción.
DEL LIBRO Y SU ARTE
Barcelona es una ciudad que vive entre páginas. Inspira novelas, sostiene una industria editorial consolidada y alimenta a generaciones de diseñadores que han dado forma a libros que viajan por el mundo.
Esa mezcla de imaginación, oficio e industria es la idea que atraviesa "Los Libros de Barcelona. Diseño y Edición", exposición que llegará al Museo de las Artes (Musa) de la Universidad de Guadalajara como parte de las actividades de la ciudad catalana como invitada de honor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La muestra abre una ventana al pasado, el presente y el futuro del diseño editorial barcelonés. Reúne 414 objetos, de los cuales 256 proceden del Museu del Disseny-DHub.
Muchas piezas se mostrarán por primera vez. Hay encuadernaciones antiguas, cubiertas originales de artistas y materiales que revelan cómo se construye un libro en cada etapa de su vida.
Isabel Cendoya, conservadora de las colecciones de diseño gráfico del Museu del Disseny-DHub, explica que uno de los puntos clave ha sido abrir los fondos del museo.
"La exposición enseñará 414 objetos, 256 son de las colecciones del Museu del Disseny-DHub y de su biblioteca y archivo, una de las de las riquezas es el hecho de que se enseñan fondos que hasta ahora no se habían expuesto y también se enseñan materiales originales de diseñadores como artes finales para cubiertas, al lado de de la cubierta ya producida.
"Por otro lado también hay una búsqueda de piezas que no teníamos en la colección, pero que ayudan a desarrollar el concepto y para ello hemos contactado con muchas editoriales de Barcelona, desde grandes grupos como Planeta o Penguin Random House, como a otras que también se están convirtiendo en editoriales grandes como Blackie Books, así como otras más independientes como Contra o Libros del Kultrum", describe Cendoya.
El curador de la muestra, Enric Jardí explica que la idea nació de la presencia que tienen las editoriales de Barcelona en las vitrinas de América Latina.
"Dado que en las librerías de Latinoamérica hay una presencia importante de libros de las editoriales de Barcelona, decidimos que la exposición debía ser, simplemente, los libros de Barcelona", comenta.
Desde ahí armó un recorrido en tres ámbitos.