OPINIÓN

Una gratificación de mil pesos.

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
En franca retirada iban los pocos insurgentes que quedaban. Don Nicolás Bravo, después de hacer preso a Rayón por orden de la Junta insurgente, fue perseguido por el realista Márquez, y a punto de ser capturado saltó por un voladero. Lleno de golpes caminó más de 100 kilómetros por lo más abrupto de la sierra hasta hallar un caballo. Se enteró en Huetamo de que Rayón, su adversario, había caído prisionero junto con José Sixto Verduzco, y acudió a rescatarlos. Sin embargo en el camino se recrudecieron sus heridas, por lo que quiso internarse de nuevo en la sierra hasta tener alivio. Supo todo eso Armijo, fue en su persecución y lo aprehendió.