OPINIÓN

Bailando un Oso, pero Sabroso

El Rompehuesos EN EL NORTE

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Conocí a Arturo Rivera hace más de 32 años, cuando él empezaba su carrera en la lucha libre, venía de hacer futbol a nivel de cancha, incluso, durante sus primeros años faltaba a varias funciones porque el balompié requería su presencia.

Poco después, su prioridad se volvió el pancracio, se puso un guante negro y se convirtió en un cronista abiertamente rudo y no lo escondía, no le importaba si una parte de la afición lo reprobaba, él era feliz provocando a luchadores técnicos y a un sector de los fans.

Rápidamente se volvió parte activa de las funciones, los referís que no cumplían bien su labor se refugiaban en él, los luchadores rudos lo buscaban para levantarle la mano o para declarar en contra de los técnicos, en fin, se convirtió en una figura de la lucha libre.

En 1992 coincidimos en la revista Arena, y parte de mi labor era editar su columna "Bailando un Oso, pero Sabroso", eso nos acercó más; "Déjala fregona", decía.

Vimos crecer su personalidad, convertirse en un producto mismo de la lucha mexicana y principalmente de la Triple A, empresa a la que acompañó en la mayor parte de su vida, aunque antes dejó un importante legado en el Consejo Mundial de Lucha Libre.

Los promotores lo pedían, todos lo querían en sus funciones, Arturo Rivera ponía el ambiente, era la voz del pancracio nacional; vamos, era más famoso que muchos luchadores y su presencia llevaba gente a las gradas, porque sabían que con el "Rudo", las emociones, la diversión y los "guamazos" estaban garantizados.

Triple A fue la empresa de sus amores, un par de veces se alejó de ellos y le dolió, pero regresó, y aunque al final ya no narraba para la promotora de los Peña-Roldán, siempre será un emblema para la Tres Veces Estelar.

Le gustaba cantar, era bueno para el baile, para los chistes, del albur era un maestro, las pláticas con él eran un verdadero deleite.

Arturo Rivera era también un valiente, porque enfrentó sus adicciones y las venció, no las escondió de nadie, aceptó sus errores y trató de enmendarlos.

La narración de las luchas tendrá un antes y un después del "Rudo", porque dejó un estilo que muchos han querido imitar, pero nadie podrá igualar.

Vaya un abrazo hasta donde se encuentre el inolvidable Arturo Rivera, quien por cierto... jamás nos dijo, lo que pasó en Caborca.

Este sábado se realiza Elimination Chamber en Arabia Saudita, y hay una serie de batallas espectaculares.

Lita regresa a los encordados para tratar de acabar con el reinado de Becky Lynch en RAW.

Bobby Lashley expone el título de la WWE ante cinco peligrosos rivales, Brock Lesnar, Seth Rollins, Austin Theory, Riddle y AJ Styles.

Mientras que Roman Reigns pone en juego el campeonato universal ante Goldberg.

Ese mismo día, pero en el Puerto de Veracruz, se realiza el Rey de Reyes, que tiene como principal atractivo el duelo en el que el Hijo del Vikingo expone el megacampeonato de la Triple A ante John Hennigan, y la batalla por la emblemática espada entre Psycho Clown, Cibernético, TBA, Bandido y Laredo Kid.