OPINIÓN

El Rompehuesos recuerda la primera gran función a la que asistió en la legendaria Arena México.

Homenaje a Sangre Chicana

El Rompehuesos EN EL NORTE

0 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Era el viernes 3 de septiembre de 1983, en la Arena México no cabía un alfiler, se celebraba el aniversario 50 de la instauración de la lucha libre en nuestro País y sobre el ring los dos mejores rudos del momento se jugaban las cabelleras, Sangre Chicana vs. MS-1.

Fue la primera función grande a la que asistí, y desde esa noche me quedó claro que nadie, pero nadie, manejaba al público como el Pocho Maldito.

En ese entonces estaban de moda las funciones de rudos contra rudos, Andrés Richardson era el líder de Las Víboras Salvajes, mientras que el antiterrorista era parte de Los Infernales.

En ese tipo de duelos, la afición solía dividirse, pero no cuando estaba Richardson sobre el ring, el grito de ¡Chicana, Chicana, Chicana! retumbó en la Catedral de la lucha libre Mexicana durante toda la contienda, la idolatría por el rudo era impresionante.

El resultado es conocido, en una lucha de gran calidad y mayor dramatismo, el Pocho Maldito dejó sin cabellera a MS-1.

Mañana se celebra el aniversario 88 del CMLL y serán homenajeados Salvador Lutteroth (QEPD) y Sangre Chicana, por eso es momento de recordar un poco de la carrera del, para el gusto de este servidor, mejor rudo que ha ternido nuestro País.

Andrés Richardson hacía todo bien, contaba con gran técnica, sabía de llaveo, su izquierdazo es el mejor de la historia, sus patadas voladoras marcaron época, registraba como pocos,y tenía un tope hacia afuera del ring, entre segunda y tercera cuerda, que envidiaban muchos técnicos.

Pero, sin duda, lo más grande de Chicana era su carisma.

Una semana conseguía que toda la arena coreara su nombre, y la siguiente podía hacer que cada uno de los presentes lo odiara.

Su sonrisa sarcástica provocaba los abucheos y las ofensas del público de manera inmediata, pero bastaba con que retara al rival, empezara a retomar fuerzas y reaccionara con sus clásicos izquirdazos para que el respetable lo alentara con todas sus fuerzas.

Chicana lo ganó todo, prestigio, fama, cabelleras, títulos, incluso, siendo coliseino se dio el lujo de rapar al Perro Aguayo en el propio Toreo de Cuatro Caminos.

Tal vez los jóvenes no tengan la referencia de quién es realmente el Pocho Maldito, pero mañana se rendirá un homenaje en vida a uno de los gladiadores que forjaron la historia moderna de la lucha libre y a uno de los más grandes rudos de todos los tiempos, Sangre Chicana.

Dentro de esta celebración del CMLL, también se honrará a Don Salvador Lutteroth, quien instauró el deporte espectáculo en México en el ya lejano 1933.

Además, Felino y Bárbaro Cavernario tendrán, por fin, su duelo de cabelleras, mientras que Volador Jr. y Gran Guerrero se medirán por la Copa Independencia.

Ojalá que sea una gran función y un magno festejo para dos enormes figuras de la lucha libre mexicana.

Mañana, estoy seguro que el grito de ¡Chicana, Chicana, Chicana! volverá a retumbar en la Arena México; y LLuvia y la Hiedra, las hijas de Andrés Richardson, quienes estarán presentes en la función, tendrán más motivos para sentirse orgullosas del legado de su padre.

@El_Rompehuesos