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Con la Iglesia hemos topado

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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El 7 de mayo de 1812 el jefe realista Juan Pesquera sorprendió a una pequeña fuerza insurgente que, al mando del padre José Guadalupe Salto, merodeaba por las cercanías de Valladolid. Era el padre Salto un cabecilla sin mucha significación, cuyo nombre ni siquiera era conocido, o lo era poco, en la capital del virreinato. Muertos, heridos, prisioneros o fugitivos sus escasos hombres, el padre Salto huyó por el monte después de su derrota, perseguido por los soldados del virrey. Cuando se refugió en una cueva, llegó el jefe Pesquera y le gritó desde la entrada que arrojara sus armas y saliera para darse preso. El padre Salto respondió con un disparo de su pistola. Al unísono hicieron fuego de fusilería ocho o diez realistas. Se oyó adentro un grito de dolor. El padre Salto había caído, gravemente herido de bala en el estómago.