OPINIÓN

Guerra, peste, hambre, muerte.

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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Cada día era mayor el atrevimiento de los insurgentes que ocupaban la isla de Mezcala. En sus incursiones ya no atacaban sólo los pueblos de la orilla, sino que llegaban a puntos tan lejanos como Atotonilco para hostilizar a los realistas y abastecerse de víveres y municiones. En Xocotepec el jefe Santa Ana acometió con tal ímpetu a los soldados del virrey que los obligó a meterse en la iglesia del pueblo, y si no es porque el insurgente respetó el sagrado derecho de asilo no habría quedado uno con vida. En el pueblo de Chapala los indios atacaron a pedradas a 40 dragones realistas de vistosísimos uniformes. Ni uno quedó con vida, y los rebeldes se llevaron consigo un hermoso Cristo tallado en madera que se veneraba en la región con el nombre de "El Señor del Camichín".