Los dos son de Tabasco. El primero se llama don Francisco J. Santamaría. Es un hombre singular. Apasionado -¿quién que sea de Tabasco no es un apasionado?-, tiene al mismo tiempo fama de sabio y de político, extremos casi imposible de juntar. Como sabio es uno de los más ilustres lexicógrafos de México. A él se debe el precioso "Diccionario de Mejicanismos", una de las obras más ricas que hay acerca de los modos de hablar del mexicano. Don Francisco no habría escrito "mexicano" sino "mejicano", pues no admitía el uso de la equis en ese gentilicio. Tampoco habría escrito "hay" sino "hai", pues no aceptaba la existencia de la letra que llamamos "ye" o "y griega".
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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