OPINIÓN

El hermano que siempre tuve.

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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No había risas en aquel lugar, ni abrazos, ni brindis con buenos deseos la última noche del año 1816. Había, por el contrario, rencores contenidos, odios a punto de estallar, tensión incontrolable. En una habitación escasamente alumbrada el jefe insurgente don Ramón (López) Rayón conferenciaba con sus jefes. No podía ser más importante el tema de la reunión: se discutía si rendir o no a los realistas el cerro de San Pedro del Cóporo, única plaza fuerte que en la vasta región del sur conservaban aún los partidarios de la independencia.