Si algunos creyeron que con la desaparición de los primeros jefes terminaría el movimiento de la Independencia, se equivocaron de medio a medio. A la salida de Saltillo en su viaje con rumbo a los Estados Unidos, Allende había nombrado su lugarteniente al abogado don Ignacio López y Rayón, al que dio el cargo de jefe del ejército insurgente mientras durara su ausencia. A partir de la prisión de los caudillos, y con mayor razón luego de su muerte, Rayón se considerará depositario del legado de esos próceres, y por lo tanto cabeza del movimiento libertario. Esa idea habrá de enfrentarlo después a don José María Morelos, que a su vez había recibido de Hidalgo similar nombramiento y encargos militares. Aún después de muertos, Allende e Hidalgo seguirán su pugna a través de las personas de sus representantes.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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