OPINIÓN

Mina en bonanza

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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¿Puede alguien imaginar a un jefe militar que tras ser vergonzosamente vencido por una fuerza muy inferior a la suya y echado en corrida como conejo al que siguieran galgos o podencos como al de don Tomás de Iriarte, luego se declarara triunfador y anunciara con bombo y con platillo una fingida victoria mentirosa? Pues ese tal fue aquel subdelegado López Portillo. Después de la tremenda derrota que don Francisco Javier Mina infligió a los realistas en Real de Pinos, y cuando por seguir la marcha de su expedición hubo de abandonar el poblado, volvió López Portillo al Real, entró a él con suma cautela creyendo ver al enemigo a la vuelta de cada esquina y sólo cuando lo supo vacío hasta de ratones sentó sus reales en el Real y muy orondo escribió una carta a don Juan Ruiz en la que le decía que asediado por sus tropas el bandolero Mina había tenido que huir. El virrey Apodaca recibió la carta y se tragó la mentirota: respondió al subdelegado con una encomiástica felicitación.