OPINIÓN

El dulce sabor de la victoria

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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Otra pérdida más importante que la del gato sufrió Mina. El norteamericano Perry, uno de los oficiales mercenarios que lo acompañaba, se desesperó a causa de las penalidades de la marcha, y junto con 50 de sus hombres desertó. Con ellos se dirigió hacia el norte. Lo sorprendió una fuerza realista que andaba a la busca de Mina. Perseguido por ese destacamento Perry se internó en un bosque, y ahí fue rodeado por los soldados del virrey. Con ellos trabó nutrido tiroteo. Uno por uno sus hombres fueron cayendo, víctimas de la certera puntería de sus perseguidores. Perry mismo fue herido. Cuando se le acabó el parque y supo sin lugar a dudas que caería en poder de los realistas, se arrastró hasta donde yacía el cadáver de uno de sus hombres, tomó su pistola y se descerrajó un tiro en la cabeza.