En los primeros días del mes de mayo de 1811 comenzaron los procesos a los jefes insurgentes aprisionados en Baján. Inútiles procesos fueron; simples formas para cubrir las apariencias y dar visos de legalidad a lo que ya de antemano se había determinado: la muerte en el patíbulo de los caudillos. Ninguna posibilidad de defensa tuvieron los reos, que a lo largo de los juicios estuvieron permanentemente incomunicados y cargados de cadenas. Se diría que el fatigoso trámite de sus interrogatorios no tendía tanto a determinar el grado de su culpabilidad, sino a exhibirlos como facinerosos.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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