La fragua del tío Diego estaba en el callejón de los Nogales, en Monclova. Ahí, la mañana del 23 de marzo de 1811, fue llevado Hidalgo a que le pusieran fuertes grillos de hierro en los pies, y esposas en las manos. Sentado en una silla esperó a que el herrero dispusiera lo necesario para su trabajo. Llegó en ese momento una ancianita -¡ah, las santas mujeres!-, que se acercó al prisionero y sin decir palabra le ofreció un poco de pan, algunos higos y un vaso de leche. En silencio también comió Hidalgo, que llevaba casi dos días sin probar alimento.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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